El único horno de Andalucía que sirve para medir la resistencia al fuego de los materiales de construcción se encuentra en Córdoba.
La estructura se localiza en el Parque
Científico y Tecnológico Rabanales 21, en la sede del Centro de Innovación Andaluz para la
Construcción Sostenible (CIAC), una entidad privada sin ánimo de lucro al servicio de las
empresas de la construcción que persigue la sostenibilidad mediante la innovación y el
desarrollo tecnológico de productos, sistemas o servicios.
El director gerente de la fundación CIAC, Manuel Lloris, explica que adquirieron el horno
hace un año, cuando detectaron la demanda de empresas que querían contar con ese servicio.
En España, detalla Lloris, apenas hay tres o cuatro hornos de este tipo que se localizan en
Madrid, Cataluña y País Vasco. Por lo tanto, las empresas que querían certificar sus productos
tenían que desplazarse hasta estas comunidades autónomas para hacerlo. Para poder
construirlo han conseguido una ayuda de la Junta de Andalucía, concretamente, de la
Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, dentro de una línea que se activó en una
convocatoria que terminaron ganando.
-FUNCIONAMIENTO
El horno es una enorme estructura de tres metros de ancho por otros tres de alto, más
cuatro de profundidad, con quemadores alimentados por gasóleo. Como especifica Lloris,
se buscaba construir un horno «que fuera versátil» donde pudieran introducirse elementos
verticales y horizontales. «Puede cubrir una amplia gama de materiales y soluciones»,
detalla el director de la fundación. Dentro de se meten los materiales que quieran probarse
y se le aplica el calor. La prueba consiste en una curva de fuego y tiempo, es decir, que se mide
cuánto tarda en fallar el elemento que esté probándose, si lo hace a los 60 minutos o a los
90, por ejemplo.
Aunque la CIAC se centra en el sector de la construcción, lo cierto es que las pruebas se
pueden hacer con diferentes materiales y aplicarse a otros ámbitos, como la industria o el
automovilismo. En cualquier caso, siempre habría que cumplir con la normativa que se aplica
en cada sector.
-CERTIFICADO
La fundación está a la espera de conseguir que la Agencia de Acreditación y Certificación
les otorgue el sello distintivo como laboratorio de ensayo de resistencia al fuego. Esto,
comenta Lloris, podría ocurrir antes de verano, momento en el que las empresas ya podrían
contratar el servicio.
De momento se están terminando las pruebas experimentales y se ha comprobado que el
horno funciona. En el horno puede meterse todo tipo de materiales y en el caso del que está en
Córdoba ya se ha probado, por ejemplo, con cartón yeso, material con el que están hechos
los paneles que, en viviendas, suelen separar habitaciones. Un ejemplo práctico en este
sentido sería probar en el horno distintos espesores de estos paneles determinando cuándo
pueden fallar.
-CÓDIGO TÉCNICO DE LA EDIFICACIÓN
Como recuerda Manuel Lloris, el Código Técnico de la Edificación regula la construcción de
edificios en España desde 2006 y hay que cumplirlo a rajatabla, también en cuanto al uso
de materiales. Ese código determina que las empresas de la construcción deben hacer una serie
de pruebas con sus materiales para poder aplicarlos en sus proyectos. Someterlos al fuego es
una de ellas. La demanda, por lo tanto, de este horno será alta, y hay que tener en cuenta que
de un tiempo a esta parte cada vez se aplican más materiales diferentes para perseguir
objetivos de sostenibilidad. Todos esos nuevos elementos que quieran introducirse en las
construcciones, incide Lloris, deberán pasar por este tipo de pruebas.
Es inevitable no pesar en el trágico incendio de Valencia de hace unas semanas cuando se habla de
fuego y materiales de construcción. Contar con herramientas como este horno instalado en
Rabanales 21 es un paso más hacia la seguridad de las edificaciones. En cualquier caso, Lloris
recuerda «este tipo de herramientas podrían evitar estas cosas, pero el edificio de Valencia se
construyó con una normativa mucho menos exigente y se dieron una serie de circunstancias para que
ocurriera aquello.»